Pulpo: el secreto está en la textura

El pulpo es uno de los ingredientes tradicionales de la gastronomía de Ibiza y antaño se ofrecía en todos los bares en formato tapa, acompañado de patatas y verduras bajo el nombre de “frita de pulpo”. En Es Torrent, preparado a la gallega, con patatas hervidas, pimentón dulce y aceite de oliva virgen extra en crudo, constituye uno de los entrantes para compartir de más éxito. Un plato que siempre elaboramos con ejemplares frescos de Ibiza, ya que en la isla abunda y destaca por su calidad.

En las islas pitiusas este cefalópodo habita todo tipo de fondos, tanto rocosos como arenosos, e incluso se esconde a menudo entre la posidonia. Se alimenta de pequeños crustáceos como cangrejos, así como de bivalvos y peces. Tiene ocho brazos muy poderosos, con dos filas de ventosas pegajosas, que están situados alrededor de la boca y unidos entre si mediante una membrana. En la cabeza se alojan los ojos, muy desarrollados, el cerebro y tres corazones.

Es un animal de costumbres nocturnas, capaz de mimetizarse con el entorno. Cuenta con un depósito de tinta que emplea para escapar de sus depredadores y posee los sentidos muy desarrollados, salvo el oído, ya que son completamente sordos. Pero si algo define al pulpo es su inteligencia y capacidad de aprender. Son capaces de abrir botes y recordar objetos y colores durante años, y tienen un cuerpo tan musculoso y flexible que les permite esconderse en espacios diez veces más pequeños que su tamaño.

En la época del invierno es cuando el pulpo se acerca más a la costa para reproducirse, permaneciendo en el litoral hasta la primavera. Una hembra puede poner hasta 180.000 huevos en tan sólo dos semanas.

El pulpo, sin embargo, es uno de los productos más difíciles de cocinar, ya que al ser tan fibroso cuesta encontrarle el punto. En Es Torrent nos gusta el término medio; que no esté duro pero tampoco blando. Es, en definitiva, otro bocado muy representativo de nuestra cocina.

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