La Cofradía de Pescadores de Eivissa y Formentera cumple 100 años

Desde el pasado mes de mayo se está celebrando el primer centenario de la Cofradía de Pescadores de Eivissa y Formentera, a cuyos integrantes tenemos que agradecer el extraordinario género que utilizamos como base para nuestros platos marineros.

Esta entidad, que comenzó llamándose Pósito de Pescadores, fue la primera asociación formada por profesionales del gremio. Tenía como finalidad aglutinar toda la producción pesquera de sus miembros para comercializarla y distribuirla de manera ordenada, evitando la competencia desleal y marcando unas pautas para evitar la sobreexplotación de los caladeros.

El antiguo Pósito, que estaba situado en el muelle viejo, junto al dique de abrigo que pone fin a la avenida de los Andenes, nació el 18 de junio de 1922 con 71 socios. Allí, en el viejo edificio que aún se conserva y que en un futuro cercano se transformará en el primer Museo del Mar de la isla, los pescadores incluso tenían su propia escuela, donde se formaban sus hijos con profesores tan notables como Antoni Albert i Nieto, que además ejercía como secretario de la entidad antes de la Guerra Civil.

Durante todos estos años, la organización ha funcionado sin subastas, autorregulando los precios del pescado, lo que ha facilitado que el mar ibicenco no se sobreexplote. Con los años, la cofradía se dividió en tres sedes: Eivissa, Sant Antoni y Formentera, ubicadas en sus puertos. La de Eivissa se encuentra hoy en la Avinguda de Santa Eulària, cerca del Club Náutico Ibiza y la estación marítima de las barcas de Formentera.

A lo largo de este siglo, los pescadores han perdido compañeros y barcos y han afrontado momentos muy difíciles, sobre todo por la presencia de arrastreros y atuneros de otras latitudes, que no solo les han destrozado sus artes en innumerables ocasiones, sino que también se han dedicado a esquilmar la costa. Tras décadas de negociaciones, la situación parece haberse estabilizado. Los pescadores también llevan décadas lamentando a presencia de furtivos y actualmente de enfrentan al reto de la renovación generacional y la limitación de su actividad por distintas normativas europeas, que, según denuncian, hacen inviable algunos tipos de pesca como el arrastre de pequeño tamaño que se lleva a cabo en Ibiza, sin el cual no se puede responder a la elevada demanda que existe en la isla.

Con los años, los pescadores, que siempre han trabajado de forma artesanal, con los mismos artes de sus antepasados, también han ejercido una importante labor relacionada con la sostenibilidad, proponiendo e impulsando la creación de reservas marinas donde el pescado se pueda reproducir durante meses sin que nadie pueda ir a pescarlo. Su labor es encomiable y desde Es Torrent brindamos por su futuro y les felicitamos por llegar tan lejos.

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