Sal de Ibiza, uno de los productos gastronómicos más valorados

Uno de los productos gourmet de Ibiza que mayor crecimiento ha experimentado en los últimos años es la sal, que se produce desde hace 2.800 años en los estanques de ses Salines, en el extremo sur de la isla, y que hasta hace algunos años únicamente se ofrecía a granel, sin envasar.

Hoy, la industria de flor de sal de la máxima calidad constituye un ejemplo de evolución y capacidad de innovación. Actualmente existen varias marcas que la ofrecen en la inmensa mayoría de comercios de Ibiza y por todo el mundo. Este mineral destaca por su calidad, que ya supieron entender desde hace mucho tiempo los conserveros de pescado del norte de Europa, que aún la adquieren para sus fábricas.

Hay que tener en cuenta que la sal ibicenca no está sometida a ningún proceso químico y compone, por tanto, un producto natural de indudable valor gastronómico. Se trata de sal marina pura, que se obtiene solo a través de la evaporación natural del agua de mar. No solo contiene cloro y sodio, sino también más de 80 tipos de minerales y oligoelementos procedentes del mar, de vital importancia para el organismo humano. Estos permanecen en la sal en su estado natural y así pasan a ser plenamente aprovechados por nuestro organismo.

La empresa pionera de la isla es Sal de Ibiza, creada por Daniel Witte, que comenzó a comercializarla a finales del siglo pasado, logrando un éxito extraordinario y colocando este producto por medio mundo. Buena parte de su atractivo, además de la indudable calidad de la sal, es su envase de cerámica, de color turquesa y con una cucharilla, que contribuye a elevar el mineral a producto de lujo. Actualmente la comercializan en multitud de formatos y también mezclada con otros elementos, como hierbas, chile, semillas de sésamo tostado, citronela, jengibre, flor de hibiscus, pétalos de flores… También elaboran chocolate con flor de sal y patatas fritas.

Tras Sal de Ibiza, llegó el empresario Fluxà, especializado en la elaboración de licor de hierbas y otras bebidas, que también emplea exclusivamente sal de ses Salines para esta línea de negocio. Sus tarros, también de cerámica, son blancos y funde el producto con hierbas y otros elementos, de manera parecida. Tiene una amplia variedad de molinillos, con azafrán, flores, mezclas de especias, etcétera.

Ante este éxito, la propia empresa productora de la sal, Salinera Española, decidió también lanzar una gama de productos similares, que ha disfrutado de una gran acogida. La ofrecen en escamas, rosada, con hierbas aromáticas, negra y con cítricos.

Cabe mencionar también la sal líquida de Formentera, en spray, otro formato de gran éxito impulsado por Salinas de Formentera, sin aditivos, que se emplea de la misma forma que la sal común, aunque rociando los alimentos con ella.

La sal de Ibiza, en definitiva, ha encontrado su propio camino para seguir evolucionando y abriéndose camino, tras 2.800 años de trayectoria.

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