Septiembre, el mes del ‘raor’

Desde el punto de vista de la pesca y los productos del mar, septiembre es, sin género de duda, el mes del raor en Ibiza. La veda de este sabrosísimo y cotizado pescado se levanta el día 1 y no regresa hasta abril, aunque es al final del verano y en el principio del otoño cuando la costa pitiusa experimenta una auténtica fiebre por parte de los aficionados a atraparlo.

El nombre científico del raor es xyrichthys novacula y en otras latitudes se le conoce también como galán, lorito, pámpano, peine, pejepeine o papagayo. Algunos de estos nombres tienen relación con su forma de navaja, peine o cuchilla de afeitar. Llama la atención por su aspecto plano, su color asalmonado, a veces rojo intenso, y su piel gelatinosa, culpable en gran medida de su delicado sabor. Gracias a esta característica, en Es Torrent, como en la mayor parte de las islas Pitiusas, lo cocinamos tal cual, sin quitarle las escamas ni enharinarlo, en abundante aceite de oliva muy caliente. Sólo le añadimos una pizca de sal. Podemos asegurar, sin miedo a exagerar, que se funde en la boca, dejando un regusto intenso a mar.

El objetivo de la veda del raor es proteger a esta especie y garantizar que se lleva a cabo una pesca sostenible. En el restaurante, sin embargo, lo servimos toda la temporada pero hasta que llega septiembre lo traemos de la costa catalana o levantina, donde no hay veda y la demanda es menor porque allí no es tan valorado y apreciado como en Ibiza. Una vez que ya puede pescarse, la cantidad máxima de ejemplares por licencia que pueden atraparse en un día es de 50, con un máximo de 300 unidades por embarcación.

La pesca del raor tiene un carácter recreativo y son muy pocas las embarcaciones que se dedican a él de manera profesional. La veda se llevó a cabo por primera vez en el año 2000. Como resultado de su elevado cumplimiento, la especie se ha mantenido en todas las zonas y además se ha incrementado en un 20% la talla media de los pescados extraídos.

Para atrapar un kilo suelen necesitarse horas, ya que hacen falta entre 20 y 40 ejemplares para alcanzar ese peso. En los primeros días de capturas, su cotización llega a alcanzar los 100 euros en la lonja. Mide entre 12 y 16 centímetros, pesa entre 25 y 55 gramos y tiene una longevidad de entre 7 y 8 años. Su hábitat preferido son los fondos arenosos, próximos a las praderas de posidonia, donde pueden camuflarse ante el ataque de depredadores, aunque a menudo se defienden también con sus afilados dientes. Se alimenta de invertebrados, pequeños peces, moluscos y crustáceos, y su periodo reproductivo es a final de verano.

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