Almendros, sabor y paisaje de Ibiza

Si hay un producto del interior de la isla que se identifique con Ibiza es la almendra. Antiguamente, todas las fincas poseían una gran extensión de almendros, cuyo fruto se recolectaba bajo el sol de agosto y se exportaba a la península. Para muchas familias campesinas, su venta constituía el ingreso más importante al cabo del año. La importancia de los almendros, por tanto, ha sido vital desde el punto de vista económico y gastronómico, pero también desde la óptica paisajística. Durante mes de febrero, por ejemplo, Ibiza se cubre por el manto blanco de la flor de los almendros y su contemplación mueve a miles de personas.

Antes de la llegada del turismo Ibiza exportaba una cantidad extraordinaria de almendras, al destacar por su calidad. Existen más de 30 variedades, con nombres tan variopintos como mollar, espineta o bec de corb, y actualmente se producen anualmente entre 12.000 y 65.000 kilos, en función de la cosecha. Hay que recordar que el almendro es un árbol afectado por la vecería, que se traduce en años de abundante producción que se alternan con otros muy bajos.

Las picadas con almendra son muy habituales en innumerables guisos y postres. La borrida de rajada (guiso de raya), por ejemplo, es un plato emblemático en este sentido, como también la salsa de Nadal, un turrón líquido que solo se elabora en Ibiza, los panallets de todos los santos o el turrón navideño, que en Ibiza tiene una textura similar al mazapán.

Aunque pueden observarse almendros en flor por toda la isla, el sitio más espectacular para disfrutar de este fenómeno es el Pla de Corona. Este altiplano, situado junto a la costa de Es Amunts, está repleto de almendros. A finales de enero comienzan a cubrirse de flores y constituyen un atractivo inmenso que atrae a artistas y caminantes de toda la isla. El punto culminante suele tener lugar a mediados de febrero, aunque cada variedad florece con algunos días de diferencia.

Santa Agnès de Corona, a final de enero, celebra la fiesta de la almendra junto al llano de los almendros. Esta celebración incluye un paseo entre los cultivos, una visita a los árboles más recientemente plantados, una muestra y degustación de productos elaborados con almendra y el desarrollo de múltiples talleres gastronómicos. Culmina con una barbacoa popular.

No cabe duda de que Ibiza, sin los almendros, sería una isla completamente diferente.

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