Es Torrent: 37 años ofreciendo la cocina de los pescadores de Ibiza

¡Cómo pasa el tiempo! Afrontamos la recta final de la temporada 2023 y, echando la vista atrás, descubrimos que ya son 37 años los que llevamos ofreciendo recetas marineras en esta cala idílica del sur de Ibiza.

Abrimos las puertas en el verano de 1986, en lo que entonces era una orilla completamente aislada y desconocida, que pasaba desapercibida para los turistas y para los propios residentes. En los años anteriores, Xico Sala, el promotor de Es Torrent, había trabajado en el restaurante Balneario de Cala Carbó, donde aprendió todo lo necesario sobre el funcionamiento de un establecimiento de hostelería dedicado a la cocina marinera. Allí también trabó amistad con numerosos clientes, que ya entonces perseguían lugares auténticos y sin agobios.

Tras abrir un primer negocio en el pueblo de Sant Josep, se encontró echando de menos el mar prácticamente de inmediato. Un día, oyó hablar de un rincón solitario llamado Es Torrent, que no conocía y enseguida acudió a verlo. En cuanto estuvo allí y observó esos acantilados y el mar de islotes, supo que aquel enclave era el adecuado para iniciar una nueva aventura.

Sorprendentemente, en tan inhóspito lugar, existía la posibilidad de acceder a una concesión de hamacas y, en la cala de al lado, sa Caixota, también se podía instalar un kiosco en la orilla, que hasta el momento nadie había reclamado jamás. Xico solicitó al Ayuntamiento que dicha concesión se trasladara a Es Torrent y así es como arranca la historia del restaurante.

La primera plantilla la componían un cocinero, un camarero tras la barra y Xico, que atendía una docena de mesas en la terraza. Entonces estaban mucho más cerca del agua, en la actual zona de balneario. En la carta, pescados al horno, arroces e incluso carnes. Al acabar la temporada, el kiosco se desmontaba por completo. Uno de los grandes retos de entonces era obtener pescado fresco y Xico no tenía otra alternativa que presentarse en el mercado a las seis de la madrugada, para ser el primero en llegar, ya que los pescaderos enseguida guardaban el género para los restauradores veteranos.

Ocho años después, se pudo construir el actual restaurante en unos terrenos adquiridos junto a la playa, pero nadie quiso olvidar el viejo kiosco. La solución fue integrar la barra y la cámara frigorífica en el interior del local, donde todavía permanecen. De las tres personas iniciales, se ha pasado a unas 25 y cada verano se cocinan alrededor de 14 toneladas de pescado, que disfrutan más de 25.000 clientes. Y aunque hemos evolucionado y crecido, seguimos teniendo el alma de chiringuito, de lugar apacible y tranquilo, donde disfrutar la otra cara de Ibiza.

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