Vuelve el ‘raor’ ibicenco a la mesa de Es Torrent

Sin duda, cuando llega septiembre, el ‘raor’ frito se convierte en el plato estrella del restaurante Es Torrent, ya que a partir del día 1 se abre la veda y muchos ibicencos se lanzan al mar, sobre todo con rumbo a Formentera, para pescar este suculento bocado. Podrán hacerlo hasta el mes de abril, cuando nuevamente su captura estará prohibida. La mejor manera de prepararlo es frito, en aceite muy caliente, sin necesidad de pasarlo por harina, ya que su característica piel gelatinosa no se parte ni se despega. Podemos asegurar, sin miedo a exagerar, que se funde en la boca, dejando un regusto intenso a mar.

Con la veda del raor se pretende proteger a esta especie y garantizar que se lleva a cabo una pesca sostenible. En Es Torrent, sin embargo, podemos servirlo durante toda la temporada, ya que lo traemos directamente de lonjas catalanas y valencianas, donde la demanda de este pescado es inferior, al no ser tan apreciado como en Ibiza.

La pesca del raor tiene un carácter recreativo y son pocas las embarcaciones que se dedican a él de manera profesional. La primera veda se programó en el año 2000 y gracias al elevado cumplimiento por parte de los pescadores recreativos y profesionales, la especie se ha mantenido en todas las zonas y además se ha incrementado en un 20% la talla media de los pescados extraídos.

Para atrapar un kilo suelen necesitarse horas, ya que hacen falta entre 20 y 40 ejemplares para alcanzar dicho peso. En los primeros días de capturas, su cotización llega a superar los 100 euros por kilo.

El nombre científico del raor es Xyrichthys novacula y en otras latitudes se le conoce también como galán, lorito, pámpano, peine, pejepeine o papagayo. Llama la atención por su aspecto plano, su color asalmonado, a veces rojo intenso, y su piel gelatinosa. Mide entre 12 y 16 centímetros, pesa entre 25 y 55 gramos y tiene una longevidad de entre 7 y 8 años. Su hábitat preferido son los fondos arenosos, próximos a las praderas de posidonia, donde pueden camuflarse ante el ataque de depredadores, aunque a menudo se defienden también con sus afilados dientes. Se alimenta de invertebrados, pequeños peces, moluscos y crustáceos, y su periodo reproductivo es a final de verano.

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