Sandía, un icono de la agricultura de verano en Ibiza

Resulta sorprendente que en un territorio tan limitado como el de Ibiza podamos disfrutar de una despensa tan completa, variada y estacional como la que tenemos en la isla, que en cada momento del año nos aporta una selección amplia de productos que podemos disfrutar en su grado óptimo de maduración. Debido a la economía de subsistencia que se practicaba antes de la llegada del turismo, los ibicencos han ejercido siempre como agricultores, pescadores, ganaderos y recolectores. En las casas siempre han producido todo lo necesario para dar sustento a sus familias y eso ha fomentado un recetario enorme, que conjuga hortalizas, verduras, legumbres, carnes, embutidos, pescados, mariscos, hongos, frutas y un largo etcétera, todo casero y fresco.

De entre estos productos, podemos citar tres de la huerta veraniega que destacan por su extraordinaria calidad e intensidad de sabor, y que suelen dejar con la boca abierta a quienes los prueban por primera vez: los jugosos y carnosos tomates ibicencos que en Es Torrent empleamos en nuestras ensaladas, y el melón y la sandía, frutas que servimos para refrescar tras un almuerzo copioso siempre que los clientes nos lo reclaman.

La sandía ibicenca, de la que hoy nos ocupamos, llama la atención por su piel rayada, que alterna el verde claro, a veces casi blanco, con otro más oscuro. Destaca por cuatro razones esenciales: en primer lugar su tamaño, ya que es habitual encontrarlas de entre 15 y 20 kilos. En segundo término el intenso color rojo, de una viveza insólita en comparación con las otras variedades, habitualmente más pálidas. Luego por su textura crujiente y, finalmente, por su sabor dulce y concentrado.

Los buenos aficionados a esta fruta, reconocen las mejores por su peso y por el sonido al tacto, aunque la realidad es que casi todas salen exquisitas si se compran en el momento adecuado de maduración. No hay mayor sensación de haber acertado con la calidad de una sandía que comenzar a abrirla con un cuchillo y que cruja y comience a resquebrajarse ella sola.

Para conseguir esta calidad, los buenos agricultores las plantan en lugares muy soleados y, aunque las riegan, lo hacen lo justo para que el fruto pase sed, sobre todo en las últimas semanas, ya que de esta forma la fruta concentra mayor cantidad de azúcares. Es una planta muy habitual en las casas y existen extensos cultivos por toda la isla, que permiten adquirirla con facilidad en todas las superficies comerciales de la isla, a lo largo de casi todo el verano.

Como decíamos al principio, en Es Torrent la recomendamos a todo el que nos pide un poco de fruta como postre o a deshoras, para hidratarse tras bañarse en el mar. Nos gusta ofrecerla siempre muy fresca y madura en su justa medida.

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