Casetas varadero, parte esencial del paisaje de Ibiza

Cuando se habla de la costa de Ibiza siempre se alude a las calas recónditas, de aguas transparentes y colores que oscilan entre los turquesas y los esmeraldas de los fondos arenosos, a los verdes oscuros y azules profundos de las praderas de posidonia. En esas descripciones, sin embargo, suele pasar desapercibido un elemento único y característico de Ibiza, que conforma una parte importantísima de la cultura de la pesca en la isla: las casetas varadero.

Estos pequeños refugios de pescadores constituían un elemento esencial en el ritual de aprovisionamiento de los ibicencos en los tiempos anteriores a la llegada del turismo a la isla. Desde hace aproximadamente un siglo, las casetas varadero fueron proliferando como una solución para que los pitiusos pudiesen dar cobijo a sus embarcaciones, poniéndolas a salvo de las tempestades del invierno.

dsc_9726

En la actualidad, en la costa de Ibiza se estima que hay alrededor de 1.500 varaderos, la mayoría destinados a almacenar embarcaciones o aparejos de pesca, aunque es cierto que algunos han aprovechado esta costumbre para erigir pequeñas cabañas destinadas al ocio. Los años 70 y 80 del siglo XX fueron los del gran auge de los varaderos, ya que las familias aprovechaban esta pequeña infraestructura para reunirse los fines de semana, cocinar una paella al aire libre y gozar del mar, mientras los niños chapoteaban.

Los varaderos siguen permitiendo a los pescadores ir a faenar todo el año, sin miedo a que los temporales les destrocen las embarcaciones, como sí ocurre cuando quedan fondeadas. Los varaderos, asimismo, permiten salir a pescar con la frecuencia que se quiera sin contratiempos. Constan de dos guías paralelas en pendiente, unidas por traviesas que se embadurnan con sebo para que los llaüts –la barca tradicional de pesca– se deslicen con facilidad. En el interior de la caseta, al fondo, hay un torno con una cuerda que permite izar o sacar el barco con suavidad. En la mayoría de los refugios ha sido sustituido por un motor de batería.

Un total de 65 casetas, situadas en Sa Caleta y en Sa Punta des Molí, han sido declaradas Bien de Interés Cultural, pero en otras muchas calas pueden encontrarse pequeñas acumulaciones de ellas, como Cala d’Hort, Porroig, Cala Mastella, Cala Vedella o Es Portitxol, por citar algunos ejemplos. Son parte esencial del paisaje de la isla y de la vida de los pescadores.

dsc_6143

No Comments

Post A Comment